miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las reglas del juego

Os lo digo claramente, el movimiento 15 M o de los indignados no me es simpático. No lo es desde el 23 de mayo. Creo que su aparición antes de las elecciones municipales podía tener cierta razón. Se rodeaba de un halo de romanticismo político y social que se evaporó tras el cierre de los colegios electorales aquella misma tarde. La manifestación pública y pacífica del descontento de una parte de la ciudadania es respetable, e incluso es valiente, pero lo que después ha acontecido en nombre de este movimiento tiene, a mi entender, poco que ver con el origen del meollo.
Hoy se han iniciado las declaraciones de los parlamentarios catalanes que sufrieron en sus carnes las iras de un grupo de indignados, impidiendo que llegaran de forma natural a su lugar de trabajo (creo que llegar en helicóptero poco normal ¿verdad?). Nos gusten o no, los políticos trabajan en las instituciones creadas para representar a los ciudadanos e impedir que accedan y ejerzan su función es un acto reprobable, sea cual sea la excusa o razón que demos. Gritar que no nos representan es difundir un mensaje que no se ajusta a la realidad. Si nos representan, son los que hemos votado, otra cosa es que a ti no te guste lo que ha salido...ajo y agua compañero.
En nombre de esta "posesión de la verdad" del grupúsculo de individuos diversos que enarbolan la bandera de la indignación, esta mañana se han producido unos pequeños altercados delante de la Audiencia Nacional de Madrid. Esto no me llama la atención.En este país hemos creído que podemos romper las reglas del juego si a nosotros nos parece bien pero ojito con que las reglas de otros nos jodan el invento.
Hoy han vuelto a demostrar que no son dignos de ese primer movimiento social iniciado en la Plaza del Sol. No es digno que acudan con la palabra democracia o libertad en la boca y actúen como verdaderos matones ante trabajadores, en este caso periodistas, que sólo estaban haciendo su trabajo.
Según leo en La Vanguardia.com han coreado consignas contra ellos, les han cortado cables, les ha "recomendado por su seguridad" no grabar, y todo ello en un ambiente de cobardía pues se escondían detrás de gafas de sol o caretas. Prefiero a los políticos democráticamente elegidos aunque no me guste su ideología que a estos matones barriobajeros y estoy segura que muchos de los que han defendido al movimiento 15 M también. Otros se esconden bajo pseudónimos para bombardear las opiniones de los demás...y no voy a decir más.
La democracia tiene unas reglas y todos debemos jugar con ellas. Si no te gusta el sistema sólo tienes una opción, en mi opinión, primero introdúcete en el él y desde dentro intenta cambiarlo, destrozarlo sin dar alternativa es cómodo pero infructuoso.
Yo lo veo así y no tiene porque gustarte...pero respétalo ¿vale?

1 comentario:

  1. Hola Bea. Evidentemente, el movimiento 15M engloba todo tipo de actitudes e ideologías, como ocurre en todos los grandes movimientos sociales, pero hay una idea común: la indignación ante lo que nos están haciendo en nombre de la democracia. Lo que tratamos de explicar desde nuestros foros es que vivimos un auténtico timo, pues la democracia que rige nuestra ciudadanía no es real! Y no lo es porque no recoge todas las opiniones, porque es prisionera de una ley electoral injusta, porque fomenta el bipartidismo, y porque permite que el partido ganador trate a los ciudadanos como vasallos y no como adultos responsables con sus derechos y sus obligaciones. El 15M propugna una democracia real, basada en la honestidad de los políticos y un servicio a la ciudadanía. Queremos un mundo más justo. No queremos ser esclavos de bancos, banqueros, políticos que les bailan el agua por sus propios intereses y medios de comunicación narcóticos.
    Por eso estábamos en el Parlament; para hacerles saber que no somos todos idiotas, que sabemos lo que están haciendo y lo difundiremos, porque la información es un derecho y nos la niegan (tú misma lo has sufrido en tu anterior blog).
    Como comprenderás, no estoy de acuerdo en nigún tipo de violencia contra las personas, rechazo de plano los zarandeos o que le pinten la gabardina a la Sra. Turà, pero sí pienso que ha llegado el momento de decir basta, cambiar las formas y actitudes de nuestros políticos a fondo y si es preciso, salir a la calle a hacernos oír, rebelarse conra las instituciones y dejar de lado el miedo que nos atenaza a perder lo que tenemos.
    Nada más, te contesto por alusiones, pues ser "indignado" en Tortosa es durillo, esto es pequeño, si das la cara quedas marcado y ya recibimos bastantes palos desde los diversos ejes de la sociedad bienpensante de la ciudad. Nuestro grupo no defiende ni defenderá nunca ninguna agresión, pero creemos en la resistencia pacífica y en la fuerza de la palabra.
    Un saludo, compañera. Feliz año y ánimo con tu nuevo blog, tu opinión nos interesa.

    Manuel Martínez Maimó

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