lunes, 3 de septiembre de 2012

Pena, penita, pena

- Estoy triste...
-¿Como Cristiano? 
- No, no, yo estoy triste por cosas importantes y os las quiero explicar.

Hace unos días esperaba ser atendida en un concesionario de coches. Igual que yo una pareja con un niño de unos 7-8 años. El chaval se llamaba Iker y llevaba una camiseta del Barça con su nombre en la espalda.
Estos establecimientos saben que los niños se aburren rápido así que tienen dispuesta una mesita con una caja de colores y hojas para que pinten.Cuando se fueron yo seguí esperando, paciente pero aburrida. Como ya tengo una edad no consideré la opción de sentarme y dejar volar mi imaginación artística pero me levanté y ojeé los que el niño había hecho. Dos papelitos dejados de forma inocente encima de la mesa expresaban lo que muchos no sabemos decir con palabras. Sendas banderas dibujadas con plastidecor, la catalana y la española, juntas, con igual tamaño, con igual condición, sobre la misma mesita de color anaranjado que las hacia resaltar al unísono...les hice una foto y la colgué como avatar de mi cuenta de Twitter.
Me diréis exagerada pero a mi se me pusieron los pelos de punta. Así me gustaría que fuese la convivencia diaria de mis banderas pero que lejos de la realidad estoy. Ayer, en un momento de tranquilidad en la guardia, abrí la página de un diario de tirada nacional y leo un titular que me hizo reflexionar "más de 40 municipios de Catalunya cambian el nombre de la Plaza o calle de España por Plaça de la Independencia y solicitan cambiar definitivamente el nombre por cualquier otro..." 
Como acto reivindicativo lo respeto. Lo que no comprendo es que sea aceptado por los ayuntamientos y que sean los alcaldes los que, olvidando que son representantes de todos los ciudadanos, se posicionen como abanderados de esta manifestación de odio hacia lo español. Esta necesidad de erradicar cualquier vestigio de españolidad de las calles catalanas no es más que eso, un acto de odio e intolerancia hacia los que no sentimos como ellos. A mi me duele, y me duele mucho.
Ejemplo de ello es solicitar cambiar el nombre por cualquier otro...¿sea el que sea?. ¿Prefieres Calle del Dr Mengele, de Hitler, de Osama Bin Laden? ¿O aceptas Calle de la Puta Ramoneta? (esta opción al Sr Jordi Pujol no creo que le guste mucho...o si) 
No comprendo que en muchas las ciudades de España exista la Calle República Argentina y no podamos tolerar la simple visión de la palabra España.
Diría muchas más cosas pero me cuesta expresar sin perder las formas así que voy a dejarlo aquí.
Sólo pido a los que se llenan la boca pidiendo respeto por sus símbolos que asuman que los míos merecen el mismo trato. Ya lo he manifestado en alguna ocasión así que no me voy a repetir.
Para finalizar la descripción de la anécdota real del niño pintor os comento que ayer un amigo que no piensa como yo me dice:
- "¡qué chulo el niki de tu cuenta!"
- ¿El niki?
- "Si, la foto del jersey del Fernando Alonso, la de Ferrari...es muy chulo el jersey" (lo pequeño de la foto le confunde)
Le explico la historia y me responde "ah vale"...ya no le pareció tan chulo...pena, penita, pena.

PD: Os juro que todo esto ha pasado en los últimos 4 días.

1 comentario:

  1. Beatriz, he leído el post varias veces y he ensayado diversas formas de responderte y ninguna me sirve.
    Me está costando mucho. La palabra que más revolotea en mi cabeza es respeto. Entiendo que estes apenada, es lo que sientes y lo respeto y no son simples palabras, lo sabes. Te respeto y respeto tu sentimiento pero no lo comparto, también lo sabes.
    Ayer cuando después del intercambio de DM me comprometí a comentar esta entrada ya intuí que no seria sencillo.
    No estes triste y no vivas el día de hoy como una agresión, la inmensa mayoría no estamos en contra de, estamos a favor de.
    Un fuerte abrazo

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