miércoles, 5 de diciembre de 2012

Así si

Para los que piensan y me dicen que sólo veo las cosas negativas hoy voy a reflexionar sobre lo bueno que me pasó anoche...¡y no mal penséis que estaba de guardia!
Hace unos días comentaba dolida la relación de asco-odio que tuve con un médico de las ambulancias medicalizadas que actúan en mi zona de trabajo, pero lo de ayer roza el enamoramiento.
Estar de guardia de domicilio con un trancazo del copón no es agradable pero gracias a la sanidad pública es lo que me tocaba.
Despertar de un sobresalto por el timbre del teléfono es lo habitual, pero los que hacéis guardias seguro que coincidís conmigo en haber notado que cuando la cosa es grave el teléfono parece saberlo y suena un poquito más.
Bajar las escaleras rauda y veloz porque un señor no respira te quita el sueño y la modorra en un plis-plas.
Correr, porque el domicilio estaba cerca y una está en forma, cargada con la maleta te genera un calentamiento que ríete tu del que hacemos antes de correr 10 km.
Ver, oír, preguntar, valorar y diagnosticar con los medios a tu alcance un edema agudo de pulmón posiblemente secundario a un infarto (vamos, lo que viene a ser un IAM Killip III de toda la vida)  y activar la medicalizada con sus hombrecitos amarillos es lo que hay que hacer...pero que lleguen, te miren con buena cara, te pregunten y acepten tus explicaciones, que coincidan contigo en el diagnóstico, que te enseñen el electrocardiograma confirmatorio (que añado era brutal), que te expliquen que van a hacer fibrinolisis allí mismo, que te expliquen cómo y te den las gracias al final del proceso es suficiente para olvidar la cefalea, los mocos, la tos laringea y los malos tragos que otros te han hecho pasar.
Despedirte con un "gracias compañera" fue el final perfecto a una labor hecha lo mejor posible.
Tengo que reconocer que el subidón de adrenalina me impidió volver a dormir hasta bien entrada la madrugada, ahora estoy destroyer total, pero he enviado un correo a la coordinadora del VAM para hacer llegar mi agradecimiento por el trato y la profesionalidad de Luis, Maite y LLuis, yo también os digo GRACIAS COMPAÑEROS.
El paciente falleció en urgencias unas horas después pero estuvo bien tratado, la familia fue informada en todo momento y nos dio las  gracias por todo lo realizado. Se respiraba una tranquilidad extraña ante un pronóstico sombrío por la extensión del infarto y la alteración hemodinámica. Así  da gusto trabajar. Mañana guardia de nuevo, vamos a ver como va la cosa pero es puedo asegurar que iré cansada pero tranquila...y eso es mucho.

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